Siempre que me digo a mi mismo, "ya nada puede ir peor", aparece algo que me deja en la oportunidad de usar esa frase en una nueva ocasión, a que viene esto, ahora mismo lo sabrán.

Como es bien sabido por ustedes mis apreciables lectores, cada viernes viajo a la ciudad de Coatzacoalcos, ya que ahí se encuentra la Universidad donde estudio. Todo transcurrió de forma normal, hasta que llegó la hora de regresar a mi querida Ciudad Isla. Mi horario de salida de la Universidad es a las 21:00 hrs., pero ninguno de los maestros que hasta ahora me habían dado clases cumplía con esa regla, el maldito maestro que ahora me da clases por las tardes es la excepción.

El autobús en el que viajo de Acayucan a Isla [porque tomo otro de "Coatza" a Acayucan, sólo por cuestiones de comodidad (para mi bolsillo)], siempre se retrasa entre 30 y 50 minutos, con suerte; en ocasiones ha llegado a retrasarse más de una hora. Aclarado eso, paso a lo que sigue, dicho autobús debe salir a las 23:10 hrs. pero siempre termina saliendo casi a las 00:00 hrs. Yo como es mi mala costumbre, siempre llego a buena hora para tomarlo, pero esta vez, llegue tarde, porque además de salir tarde de la escuela, el autobús que tomé de Coatza a Acayucan venía muy lento.

Llegué a Acayucan a las 23:35 hrs., suficiente para tomar mi autobús rumbo a Isla, pero Oh sorpresa!!! El maldito ya había salido hacía 15 minutos, ¿se dan cuenta de lo que hablo? llevo casi un año viajando constantemente en ese maldito autobús y nunca, NUNCA había llegado temprano, pero resulta ser que ahora que a mi se me hizo un poco, si, sólo un poco tarde, el maldito llegó a la hora que debía.

Pero lo anterior sólo es una parte de lo que ocurrió, ya enterado de que no habría manera de regresar a Isla esa misma noche, porque ese es el único autobús de esa línea con dicho destino, y el próximo de otra línea saldría a las 05:00 hrs, me dispuse a buscar un lugar donde quedarme.

Frente a la central de autobuses hay una casa de huéspedes que siempre tiene un letrero que dice "Habitaciones disponibles", por tal motivo me fui para allá, pero nuevamente Oh sorpresa!, en esta ocasión había otro letrero que decía: "No hay habitaciones disponibles" y ningún otro puto lugar cerca. Ya se imaginarán, me puse como energúmeno y me regrese a la puta central, donde pasé la hasta ahora noche más aburrida de mi vida, mirando cada 5 minutos el reloj, como si con ello fuera a conseguir que el tiempo pasara más rápido.

Finalmente, después de haberme aburrido como nunca, dieron las 5 de la mañana y fui a esperar que llegara el autobús que por fin me llevaría a Isla, a las 5:05 hrs llegó, créanme que jamás había sentid tanta alegría de ver un autobús que dijera Isla; de inmediato aborde, y me quede dormido, desperté cuando íbamos llegando a Rodríguez Clara, municipio vecino de Isla, y aquí ocurrió lo que faltaba, la cereza del pastel, al autobús se le jodió la marcha y tuve [junto a los demás pasajeros] que esperar a que enviaran otro desde Isla, para que nos llevará a lo que sería mi destino final.

Después de lo anterior ya no pasó nada que lamentar, llegué a Isla a las 8:00 hrs y me fui a mi casa sólo para bañarme, cambiarme de ropa e irme nuevamente a la calle.

Esta experiencia me ha dejado en la posibilidad de volver a usar esa odiada frase, que nunca resulta real "Ya nada puede ser peor".

Ahora bien, Que alguien me explique, ¿por qué siempre me pasan a mi ese tipo de cosas?, ah claro, es el Karma pfff.